Hacía mucho tiempo, que queríamos acercarnos a este bar, ya que sabíamos que tenían una gran variedad de tapas y bocadillos sin gluten, pero por unos motivos o por otros, al final nunca lo hacíamos. Hasta que a principios de junio, quedamos para comer de tapas. Sí, comer de tapas, algo casi imposible para los celíacos, ya que en este local sí que es posible. Y como decía Pikerita: ¡Vámonos de tapas…vámonos!...¡Vámonos! Y nos fuimos para encontrarnos con Marisa y Juan, así como Pikerita, su “maromito” e hijos.
El bar no es muy amplio, pero posee una estupenda terraza, bien situada y orientada, donde da gusto disfrutar desde que comienzas a leer la gran variedad de tapas sin gluten que puedes elegir.