El grandioso poeta
Antonio Machado, decía entre muchas otras importantísimas palabras, de las que nos regaló en su vida:
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar, al andar se hace camino, y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar…”.
Y eso es lo que nos pasa a todos, y en esta ocasión al padre de esta familia, que acaba de cumplir medio siglo. Sí, medio siglo, una edad a la que por desgracia algunos amigos no llegaron. También una edad en la que además de amigos jóvenes, he ido perdiendo a mi bisabuelo (“
El Bis”), al que tuve la suerte de conocer; a mis abuelos (“
Vita” y
Victoriano), que me educaron a amar los viajes, la historia; mi padre, al que mis hijos rebautizaron cariñosamente como “
Tate”, que además de darme la vida, siempre me demostró tener un corazón grande en todos los sentidos, tan grande que un día antes de mi cumpleaños hace ya nueve años, cuando ya no le cabía en su caja torácica dejo de latir. Todos ellos me enseñaron mucho más de lo que podrían pensar.