Desde pequeños, siempre que hemos visitado la población de Chinchón, nos hemos imaginado que se encuentra en un antiguo cono volcánico, en el que la base está ocupada por una extraordinaria plaza con soportales e impresionantes balconadas de madera, sobre casas de piedra. Mientras que el resto del pueblo está compuesto por bellas casas encaladas, que han sido colocadas de manera arbitraria sobre las laderas, en pendiente, hasta llegar al borde superior del cono donde se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la Torre del Reloj que fue de la iglesia de Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de Gracia, y en el otro extremo el Castillo de los Condes de Chinchón.
La verdad, que la población de Chinchón siempre es un buen lugar para caminar, aunque muchas de sus calles tengan un buen desnivel, pavimentadas por cantos rodados, entre esas casas blancas de pueblo manchego, y esa bellísima plaza con sus balconadas.