En la entrada que titulamos: Caminar, nadar, practicar esnorkel y disfrutar de su historia, así como de la gastronomía sin gluten en la isla de Tabarca (Alicante), os hablamos un poco sobre la gastronomía, y os dijimos -los que nos seguís además lo sabéis- que de siempre nos gusta esta ciencia artística que emplean en la cocina, donde transforman alimentos en verdaderos majares, y que en nuestro caso, tienen que ser sin gluten, y evitando por completo la Contaminación Cruzada. Así, que antes de viajar a esta población isleña, lo primero que hicimos fue ver los restaurante certificados por la asociación de celiacos de la Comunidad Valenciana, pero, también como buenos gastrónomos sin gluten, revisamos las reseñas de los comensales en los distintos restaurantes, y si daban alguna opinión sobre su experiencia en los mismos. Al final, vimos que el mejor valorado de la isla, era el Restaurante Don Jerónimo, donde podríamos disfrutar del típico Caldero Tabarquino de "Gallina". Reservamos en este restaurante, donde telefónicamente, nos indicaron que no tenían pan sin gluten, pero que si podríamos elegir entre varios menús sin gluten
Al llegar por la mañana a la isla, nos pasamos por el restaurante que está en un edificio de dos alturas, muy cerca de la iglesia, en la calle Virgen del Carmen, haciendo esquina con la Plaza Mayor o Plaza Grande. Al entrar nos dio la impresión de una decoración algo trasnochada, y a la vez muy colorista en eso muros y arcos, pero lo importante no era la decoración, sino como cocinan y atienden a sus clientes, y eso es lo que valoraban en la reseñas. Concretamos los dos menús que más nos gustaban a los cuatro comensales: caldero tabarquino de gallina y arroz marinero, ambos tenían los mismos entrantes, y los dos sin gluten, siempre con la incertidumbre de habar acertado, ya que además solemos ser los que elegimos los establecimientos y eso conlleva una responsabilidad ante familiares y amigos.