Recientemente, hablando con un grupo de amigos y amigas viajeras, comentábamos que en muchas ocasiones, no conocemos tanto la ciudad en la que hemos nacido, o donde vivimos, pensando que ya tendremos tiempo de conocer esos lugares, pero, por desgracia algunos edificios so derribados y las exposiciones de artistas son temporales, así que mejor aprovechar el disfrutar además de los viajes, de nuestras ciudades, conociendo esos rincones y visitando exposiciones como esta que os vamos a contar de Isabel Quintanilla.
Exposición Isabel Quintanilla en Museo Nacional Thyssen-Bornemisza Quedamos con una pareja de amigos con los que además hacemos senderismo y viajamos, y fuimos a disfrutar de los cuadros expuestos en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, que se encuentra en la esquina del Paseo del Prado, con la Carrera de San Jerónimo. En el edificio que del que fuera Palacio de Vistahermosa (siglo XVIII), y cuyo interior fue destruido en 1973, para convertirse en la sede de la Banca López Quesada, y en espacios de oficinas y despachos. Cuando quebró el banco unos años después, paso a manos del Estado, que se destino a este nuevo museo, como parte del acuerdo con la familia Thyssen, realizándose una reforma integral según diseños de Rafael Moneo entre los años 1990-1992. Después de situarnos en el edificio, pasemos a conocer a la artista madrileña, y su exposición que estará hasta abierta hasta el próximo el 2 de junio de 2024. Siendo la primera vez que este museo dedica una exposición monográfica a una artista española, considerada una de las figuras fundamentales del nuevo realismo español, en concreto a un grupo conocido como los Realistas madrileños.
ISABEL QUINTANILLANació el 22 de julio de en Madrid - Barrio de Pacífico, en plena Guerra Civil Española, tanto es así, que su padre José Antonio Quintanilla, ingresa en el Ejército Republicano, con el rango de capitán por su formación como ingeniero de minas, y llega a ser comandante.
Pero, al finalizar la Guerra Civil, es detenido por el Régimen Franquista, pasando por una cárcel madrileña y trasladándolo al Campo de Concentración o Penal de Valdenoceda, una pedanía de la Merindad de Valdivielso, en la provincia de Burgos, donde fallece en 1941 por las penosas condiciones, como les ocurrió a otros 151 presos.
Isabel, apenas tiene tres años, y su hermana Josefina es aún menor. Su madre, María Ascensión Martínez, se ve obligada a sacar a la familia adelante con su trabajo como costurera. Y este increíble óleo sobre tabla de 74 x 100 cm, pintado por Isabel Quintanilla, se titula: "Homenaje a mi madre", y lo pintó en 1971, seguramente con el recuerdo de esas horas y horas que vio a su madre empujando con sus pies el pedal, o enganchando la correa en el volante, y mirando fijamente como la aguja entraba y salía de las telas, acompañados de ese traqueteo tan característico, que muchos y muchas aún recordamos.
Homenaje a mi madre, 1971. Óleo sobre tabla de Isabel Quintanilla
Con esta historia familiar, cursa estudios de Bachillerato Superior en el Instituto Nacional de Enseñanza Media Beatriz Galindo (Madrid). Con 11 años comienza a asistir a clases de dibujo y pintura. Posteriormente se matricula en clases nocturnas de la Artes y Oficios, en la sede de la calle Don Ramón de la Cruz, en la que obtiene el premio extraordinario en 1953-1954.
Bodegón ante la ventana, 1959. Óleo sobre lienzo de Isabel Quintanilla En esta escuela, conoce a sus compañeros, con los que formaría el grupo: "Realistas de Madrid", siendo uno de ellos el escultor Francisco López Hernández (1932 - 2017), con el que se casó en 1960, mudándose a vivir a Roma, ya que, su marido ocupa la plaza como pensionado en la Academia de España hasta el año 1964.
Autorretrato de Isabel Quintanilla, 1962. Lápiz sobre papel
EXPOSICIÓN
En el año 2016, también en el Museo Thyssen-Bornemisza, realizó una exposición de 90 obras de los "Realistas Madrileños", y que como titulaba Elena Viñas en su artículo de El Imparcial: "El grupo de los realistas madrileños, encabezados por Antonio López, que en la década de los 50 se propusieron recuperar la figuración en un momento dominado por la abstracción, el subjetivismo y la vanguardia". Y en esta obra, de Isabel Quintanilla, captó a su propio marido (Francisco López) dibujando a Antonio López en el estudio.
Francisco López Hernández pintando a Antonio López, obra de Isabel Quintanilla
Este grupo de realistas madrileños, los formaban: Isabel Quintanilla, Amalia Avia, Esperanza Parada, Antonio López, María Moreno, Julio López Hernández, Francisco López Hernández, que vivían y trabajaban en Madrid desde 1950. Y en esta exposición una de las salas está dedicada a: Más que compañeras, y nos explican: "Durante toda su trayectoria, Isabel estuvo acompañada de otras artistas realistas como ella con las que compartió estudios, amistades, galeristas, proyectos... Esas compañeras fueron Amalia Avia (1930-2011), María Moreno (1933-2020) y Esperanza Parada (1928-2011)."
Jardín de Tomelloso, 1975. Lápiz sobre papel, obra de María Moreno.
Unión Relojera Suiza, 1990 obra de Amalia Avia (No está en la exposición)
Merece mucho la pena visitar esta exposición, que en otra de las salas, con el nombre de: Paisajes queridos, podemos encontrar esta gran obra de Roma, realizado al óleo sobre lienzo pegado sobre table, en un formato de 135 x 220 cm.
Roma. 1998-1999. Isabel Quintanilla
En otras de las salas, que recibe el nombre de Hortus conclusus. Naturaleza doméstica. Y que se refiere a ese patio, a ese jardín ya fuera de su casa, o de su estudio, donde la pintora plantaba algunas flores para luego pintarlas, o aquellos árboles que ya existían, como estas uvas en el patio, que a uno de nosotros le trajo recuerdos de aquel patio de sus abuelos, donde las uvas se encontraban de la misma forma, y de fondo aquellos ladrillos encalados.
Uvas en el patio, 1972. Óleo sobre tabla de Isabel Quintanilla
Otro de los jardines que pintó magníficamente fue el de la Academia de España en Roma, con los rojos brillantes de las paredes, y el contraste con el verde.
Jardín, 1966. Óleo sobre tabla, de Isabel Quintanilla
En la exposición podemos ver una gran variedad de obras, y os animamos si os gusta el realismo, que valláis a disfrutar de estos cuadros tan especiales que ha seleccionado y que estarán hasta el 2 de junio, y terminamos con este donde se controla la luz que emita esa lampara de flexo, sobre el teléfono de modelo "Heraldo" que muchos hemos tenido en casa.
El teléfono, 1966. Óleo sobre tabla, de Isabel Quintanilla
Visitar los museos de nuestra ciudad, es algo que llevamos años haciendo, y que hemos transmitido a nuestros hijos, ya que de esa forma tenemos la ocasión de valorar y apreciar el arte de distintas tendencias, historia, arte, cultura, personas...
#Escribimoslovivido
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