Así que lo previsto, lo hicimos realidad, ya que, nada más entrar por las calles de la villa, a todos nos sorprendió ver el Palacio Viejo, que lo habían transformado en Parador Nacional hacia tiempo, el claustro e iglesia de Santa María, y aún nos quedaba lo mejor... el castillo.
Tras pasar un túnel desde el Claustro de Santa María, entramos en la zona del Jardín Viejo, y sacamos las entradas, para a continuación, perdernos por el castillo, entrando por la Sala de las Excavaciones, que era la antigua Sala de Guardia, y a partir de este punto, cada uno de nosotros recorrió las distintas dependencias como quisimos, haciendo correr la imaginación sobre lo que fue este castillo, y por supuesto los más pequeños, disfrutaban jugando, soñando, pero respetando todo el entorno.
Recordamos que el castillo fue edificado sobre cimientos romanos, entre los siglos XIII y XIV, combinando diferentes estilos, como resultado existen numerosas y hermosas torres como: el Homenaje, de los Cuatro Vientos, de las Tres Coronas, etc.
Comprobamos con nuestros propios ojos, que el Palacio Viejo de Olite, que fue mandado construir por Carlos III de sobrenombre "El Noble", tuvo como encargados de dirigir su construcción a los maestros Martín Périz de Estella y Janín de Lome, ayudados por diversos artistas mudéjares que crearon una rica decoración a base de yeserías, alicatados y ladrillos, que se perdieron casi en su totalidad
Mientras íbamos recorriendo una por una sus salas, lo primero que nos llamó la atención, es la Sala de los Arcos o Cueva de los Murciélagos, que según leímos en el tríptico que nos entregaron junto con las entradas, solo tenía la función arquitectónica de mediante los arcos fajones sustentar la Galería de la Reina, así que todos en ese momento, pensamos que teníamos que ir a conocer esa galería o jardín colgante tan especial que necesitaba estos soportes arquitectónicos tan especiales.
Continuamos el recorrido, y mientras unos admirábamos desde la Galería del Rey o Galería Dorada, el Patio de la Morera, donde una de las amigas nos comentó que fue una morera un tanto especial, otros ya estaban en el Jardín Colgante o Galería de la Reina.
Los que ya se encontraban en la Galería de la Reina, contemplaban ese precioso jardín y sus hiedras de color rojizo, que ganaban belleza con la luz del atardecer que penetraba por los ventanales, mientras otros, ya estaban subiéndose a la Torre del Portal de Fenero, que fue la que defendía el acceso al interior de la villa. Todos o casi todos, subimos a todas y cada una de las torres, así que, mientras unos estábamos en la Torre de los Cuatro Vientos, conocida en la Edad Media como Torre de las Tres Grandes Finiestras.
Otros se encontraban enfrente. Los chicos más mayores, subieron una de las escaleras de caracol de la esbelta y fina Torre de la Atalaya o de la Joyosa Guarda.
Mientras, otros ya habían subido y bajado las distintas escaleras de caracol, que a más de uno del grupo marearon, y se encontraba en ese momento en la Torre del Aljibe, cuyo depósito de agua centralizaba las cañerías para suministro a todo el Palacio. Otros de los componentes del grupo, se encontraban en la Torre de las Tres Coronas también conocida como la Torre de Ochavada, viendo desde esa altura el depósito de hielo, que se encuentra en la zona de umbría permanente.
Los críos y no tan críos, se reían, subiendo y bajando, por lo que, hicieron que este lugar que antes de su llegada era un castillo-palacio silencioso, fuera en esos momentos un lugar de bullicio, de alegría., de imaginación y de amistad. Y es que tuvimos la gran suerte, de que solo nuestro grupo estábamos en ese momento visitando el castillo.
Por fin, todos fuimos subiendo a la Torre de la Vit o Torre del Homenaje, que aloja en su interior la escalera de caracol que comunica los distintos niveles de la Gran Torre.
Cuando nos cruzábamos en alguna de las salas, como el Tocador de la Reina, la Cámara del Rey, la Cámara de los Yesos, todos comentábamos la belleza de este Castillo-Palacio y pensábamos que parte de el se destino a jardines y en ellos se cultivaban entre otros: naranjos, pomelos, cidras, jazmines de Alejandría... Y según pudimos leer, contó con un pequeño zoológico donde hubo: camellos, leones, búfalos africanos, jirafas, ardillas, papagayos...
CAMINOTAS
Otro estupendo Campamento Otoño 2002, donde todos los participantes, ya sean los pequeños o los más grandes, disfrutamos de cada momento, de cada lugar, de cada paisaje, y de tener la suerte de poder vivir estas experiencias otoñales, viajeras juntos.
Esperamos que os haya gustado esta escapada escrita desde el recuerdo, y con esas diapositivas digitalizadas donde se puede apreciar como eran algunos lugares hace tantos años.
#Escribimoslovivido
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hemos decidido moderar los comentarios. Gracias por dejarnos el tuyo