Ahora, tenemos buenos equipos, buenas botas, ropa técnica térmica y caminamos por sendas y caminos practicando senderismo por gusto, pero pocas veces, conocemos quienes abrieron esos caminos a base de mucho trabajo, de retirar piedras o de ponerlas, de nivelar el terreno, y de buscar la mejor ruta entre la maleza. En este caso, como en muchos otros este camino tiene su historia, pero además una historia de la dureza del trabajo de transportar productos desde estas tierras sanabresas, hacia las leonesas en carros tirados por vacas del país, pero para conseguir proseguir evitando el gran peligro de despeñarse, en algunos casos reteniendo el carro con piedras encadenadas y hasta con una fuerte mula en la trasera.
Las personas que practicamos senderismo, en más de una ocasión, hemos tenido que vadear (atravesar un rio u otra corriente de agua por un vado), ya sea saltando de piedra en piedra, y muchas veces metiendo el pie en el agua. Nunca vadear es algo fácil, siempre puedes correr el peligro de resbalarte. Y este camino se llama de los vados, porque, con esos carros tenían que vadear los ríos o arroyos que se encontraban en su recorrido, Aunque, una vez realizado este sendero, y en homenaje a las gentes que lo abrieron, lo mantuvieron, subieron y bajaron con sus carros cargados dejando profundas marcas de la rodadura de las ruedas de carro en las rocas, aunque "rudeira" también significa: "Lugar por donde corren aguas torrenciales", Y en este camino, encontramos las dos cosas rodadas y aguas torrenciales.
Esta es una de las actividades que realizamos en nuestras "Escapada Otoñal" y que os resumimos en la entrada: 5 días/4 noches en el Lago de Sanabria, y alrededores #EscapadaOtoñal #senderismo #gastronomía #Turismo. Como os contamos, no pudimos realizar muchas rutas senderistas, debido a las lluvia, que es muy necesaria, pero a la vez a nosotros nos impidió el realizar las rutas previstas.
DESCRIPCION DE LA RUTA
Llegamos a la población de San Ciprián, una localidad del municipio de San Justo, en la Comarca Sanabresa. Aparcamos los coches cerca de la iglesia o la plaza, siempre sin molestar a sus habitantes. En una esquina, junto al Bar La Plaza, encontramos un poste con un pequeño cartel de "Inicio de senda" que en la fotografía hemos puesto en la fachada a lo grande, donde expone todos los datos de la senda den montaña 10. Esta ruta, no es circular, es de ida y vuelta por el mismo sendero.
Durante todo este tramo, camino de las cascadas, no dejamos de sorprendernos de esta "rudeiras", y asombrarnos de como fueron capaces de pasar por puntos realmente comprometidos, con rocas con una altura que seguramente rozaban en los bajos de los carros. Y echamos la visa atrás par ver el paisaje, la pendiente, y admirarnos del gran trabajo que tuvieron que realizar para construir esta calzada con grandes rocas y subir como pudimos leer: "El carro chillón, es ligero y resistente, un todo terreno hecho de fresno y negrillo, que anuncia su paso por el valle, y las vacas del país trepan por las peñas con agilidad como ciervas uncidas al yugo". Y el precipicio, tapado por el brezo a su izquierda.
Cuando el camino deja de ascender, llegamos a una curva, con un poco más de anchura, que lo convierte en un mirador de todo lo que nos rodea, y un cartel informativo en el que podemos leer: "A la izquierda, la Sierra Cabrera cierra el horizonte, separando la parte occidental de Zamora y León, Sanabria, de las dos Cabreras; el pico que domina en altura, se llama Faeda, y tiene 2021 metros. En Peña Trevinca, entra en contacto con la Sierra Segundera, donde se unen las provincias de Zamora, León y Orense... Abajo, el río Fontiego y el Barciniella, hermosos nombres que hacen referencia a fuente y orilla, se han abierto paso en el roquedo adornando el paisaje con abedules dorados y sauces, el lugar donde se juntan, se llama Trambasaguas: las dos aguas..."
Estamos terminando el sendero, ya que desde este "mirador", continuamos hacia la derecha, en dirección Noreste, y ya casi todo de descenso, escuchando el tronar de las distintas cascadas, hasta llegar a las del río Barciniella en el rincón de la Cascadas de los Vados, donde para nosotros termina esta senda, pero no era así para las personas y animales que con sus esos carros chillones, tirados por esas vacas, y ayudados por las mulas transitaban por este camino, ya que, esas lajas de piedra que en la fotografía veis amontonadas, formaban una línea por las que vadeaban este paso sobre el agua y junto a una gran caída lateral. Imaginaos un carro cargado, y con mucha más agua atravesando estos vados.
Como senderistas, este camino no ha sido muy largo, pero llegar a este rincón tan lleno de belleza, solo el grupo que formamos esa "Escapada Otoñal", fue una estupenda recompensa. Y claro, nos hicimos muchas fotos en este lugar tan especial, no solo por la naturaleza, por ser un rincón único, sino acordándonos de todos los que recorrieron este camino con sus carros, ya que, como podéis ver en la siguiente fotografía, a la izquierda de ese paso de ese vadeo sobre las lajas de piedra (zona derecha de la imagen), el agua continuaba despeñándose hacia el fondo del valle, lo que hacía a este paso peligroso. En el cartel, que está colocado de forma que estropea la visión de las cascadas se puede leer: "El paseo interpretativo a llegado a su fin, continuad las balizas blancas para regresar a San Ciprián".
Nosotros, no seguimos, no vadeamos el río, pero ellos con sus carros continuaban su duro recorrido atravesando la corriente de agua, posiblemente hacia la población de La Baña (León), al Valle del Silencio, u otros lugares de esas tierras leonesas. Posiblemente también, recorrerían el camino de vuelta, cargados con otros productos que hubieran adquirido comprándolos o realizando trueque.
Estuvimos no mucho tiempo haciéndonos algunas fotografías, y aunque la previsión del tiempo, decía que no iba a llover, y la apariencia de la mañana así lo afirmaba, todos estábamos equivocados. En un momento, llegaron unas nubes del Noreste, y comenzó a llover fino, como agua nieve y luego más, y las rocas fueron mojándose, y volvimos a pensar lo duro pasarlo con los carros, y más con hielo.
Al subir, pensamos en hacer algunas fotos de las marcas de los carros, de las roderas o rudeiras, ya que el sol iluminaría mejor, pero fue todo lo contario, el sol desapareció, y llego la necesaria agua. Pero, fijaros en la superficie que tiene el camino, esas grandes piedras por las que circulaban los carros.
Hola pareja!. Qué lugares más bonitos, me ha encantado vuestra excursión, me provocáis envidia sana, ya me entendéis. Realmente los que abrieron caminos y sendas por doquier, si sufrirían lo suyo, les habéis echo un buen homenaje mencionándolos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
¡Hola amiga! Nos agrada que te gusten nuestras excursiones, así como, nuestra puesta en valor de todas aquellas personas que abrieron los caminos por los que hoy caminamos y que para ellos fueron necesarios abrirlos para poder subsistir.
EliminarAbrazos
Ana y Víctor