Casa vez que volvemos a caminar por las Dehesas de Cercedilla, el Puerto de la Fuenfría, el Collado Ventoso, o el Camino Schmid... a uno de nosotros, nos vienen recuerdos de juventud, de cuando no dudábamos en realizar este último camino con unos viejos esquís haciendo travesía, y de otras ocasiones, en que con no tan buen material térmico, realizo el Camino Schmid aguantando niebla, ventisca y muy bajas temperaturas, y cuando llegó a la población Cercedilla, antes de coger el tren para Madrid, pasó a la cafetería de Longinos, y pidió un vaso grande de leche muy, muy caliente, para que le entraran en calor las manos. En ese momento, recordó una historia que le contó su padre, sobre un bar en una población de la Serranía de Cuenca (puede que fuera Tragacete), cuyo bar, contaba con una tubería/barra por la que circulaba el agua caliente de la calefacción, y todo el mundo, lo primero que hacía al entrar, era agarrarse a esa barra, para calentarse las manos, antes de pedir la consumición.
Llegamos con los coches a los aparcamientos de las Dehesas de Cercedilla, y comenzamos a caminar por esta zona del Camino Viejo, recorrimos unos 4 km, con pendiente de un 9%. Camino de los vaqueros, y vecinos conocedores del terreno para llegar desde Cercedilla a Segovia, y durante todo el recorrido a la sombra, y bajo la belleza de los grandes ejemplares de pinos.
En ascensión continua por este antiguo camino, nos fuimos acercando al Puerto de la Fuenfría,
El contraste entre el verdor de los pinos, y el espléndido cielo azul, era realmente increíble, mientras caminábamos por este tramo de calzada romana de la Fuenfría, que unía Segovia con Collado Mediano (Miacum), construida en la época del emperador Vespasiano (gobernante entre los años 69 a 79 de nuestra era), y cuyo pavimento, aún con muchas reformas ordenadas en 1722 por Felipe V, ha llegado hasta nuestros días, y da una visión de la importancia de este paso a lo largo de la historia.
Llegamos a este paso natural de montaña, que es el Puerto de la Fuenfría (1.796 m), que se encuentra entre las sierras de la Mujer Muerta y los Siete Picos. Sirviendo de divisoria entre las provincias de Madrid y Segovia, y por tanto entre las Comunidades Autónomas de Castilla y León y Madrid.
Eran las 13 h. y en la pradera, no detuvimos a almorzar, con un poco de viento, pero se presagiaba un cambio brusco de temperaturas. Así ocurrió a las 14 h.
Caminamos por este proyecto de carretera de la II República, con grandes vistas sobre el Valle de la Fuenfría, durante unos 3 km, hasta llegar al Arroyo de la Navazuela, donde la abandonamos para descender por un tramo de la Senda Víctory, que recibe el nombre de Antonio Victory Rojas, uno de los pioneros del montañismo en España, y destacado "guadarramista", escalador en el Circo de Gredos, Galayos y conservacionista de la naturaleza. Fue el que realizó el trazado de esta senda en los años 20 del siglo pasado, a partir del Refugio de la Real Sociedad de Alpinismo Peñalara, de la que fue presidente desde 1921 a 1952. También da nombre al refugio existente en los impresionantes cuchillares de Los Galayos de la Sierra de Gredos.
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