Este año, estas fiestas navideñas, vuelven a ser distintas y algo complicadas. Sí, pero todos los años lo son, aunque hemos de reconocer que este virus nos ha cambiado a todos y todas. A unos pocos, les ha hecho reflexionar, a otros ser mejores personas, pero a una amplia mayoría no ha sido así.
Pero, dejando atrás muchas cosas, independientemente de si eres católico o ateo, la Navidad, supone para nosotros un momento de reencuentro, con familiares y amigos, que este año también va a ser distinto, como lo fueron las del 2020, pero, con el espíritu de ir cerrando un año y mirando al siguiente.
Por otra parte, también es un momento agridulce, ya que cuando nos sentamos alrededor de la mesa, siempre echamos de menos a aquellos que durante nuestra vida nos han acompañado, en nuestros casos a nuestros abuelos, padres, madres que ya no están entre nosotros. Pero, eso es ley de vida, aunque algunos se fueron demasiado jóvenes y les faltaban muchos sueños por cumplir, y hasta conocer algún nieto que no llegaron a conocer. O el desarrollo académico, profesional y familiar de los otros
Ahora, con los años que ya vamos teniendo, con las canas que cubren nuestros cabellos, o la ausencia de los mismos, valoramos más cosas que ya valorábamos, y nos damos cuenta de que algunas que valorábamos no merecían la pena y fueron una pérdida de tiempo.
Lo que, sí que nos traen estas fiestas, son esos recuerdos de los niños que fuimos, cuando desde nuestro barrio fuera de la conocida como “Almendra de Madrid”, no había luces navideñas, y por eso, íbamos al centro de la ciudad acompañados de nuestros padres y abuelos, a ver las luces, la cabalgata de Reyes, a comprar los turrones y esos dulces navideños que tanto nos gustaban.
Luego, con el paso del tiempo, fuimos nosotros los que llevamos a nuestros hijos a la Gran Vía, a la Puerta del Sol, a tomar un chocolate caliente, a comprar algo en el mercado navideño de la Pza. Mayor… Y ante todo, y sobre todo, a disfrutar viendo sus caras, su alegría, sus risas y sorpresas.
Esas tradiciones, son las que de verdad valen, la que tienen sentido en estas fiestas, aunque hayamos tenido que anular encuentros, comidas, cenas… Lo importante es continuar viviendo estos días como algo especial del momento, del pasado y del futuro.
Desde esta pequeña ventana, os deseamos que disfrutéis de estas fiestas, pensando que vendrán tiempos mejores y nos podamos volver a reunir con nuestros familiares, amigos, compañeros…
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