En la entrada que titulamos: Caminar, nadar, practicar esnorkel y disfrutar de su historia, así como de la gastronomía sin gluten en la isla de Tabarca (Alicante), os hablamos un poco sobre la gastronomía, y os dijimos -los que nos seguís además lo sabéis- que de siempre nos gusta esta ciencia artística que emplean en la cocina, donde transforman alimentos en verdaderos majares, y que en nuestro caso, tienen que ser sin gluten, y evitando por completo la Contaminación Cruzada. Así, que antes de viajar a esta población isleña, lo primero que hicimos fue ver los restaurante certificados por la asociación de celiacos de la Comunidad Valenciana, pero, también como buenos gastrónomos sin gluten, revisamos las reseñas de los comensales en los distintos restaurantes, y si daban alguna opinión sobre su experiencia en los mismos. Al final, vimos que el mejor valorado de la isla, era el Restaurante Don Jerónimo, donde podríamos disfrutar del típico Caldero Tabarquino de "Gallina". Reservamos en este restaurante, donde telefónicamente, nos indicaron que no tenían pan sin gluten, pero que si podríamos elegir entre varios menús sin gluten
Al llegar por la mañana a la isla, nos pasamos por el restaurante que está en un edificio de dos alturas, muy cerca de la iglesia, en la calle Virgen del Carmen, haciendo esquina con la Plaza Mayor o Plaza Grande. Al entrar nos dio la impresión de una decoración algo trasnochada, y a la vez muy colorista en eso muros y arcos, pero lo importante no era la decoración, sino como cocinan y atienden a sus clientes, y eso es lo que valoraban en la reseñas. Concretamos los dos menús que más nos gustaban a los cuatro comensales: caldero tabarquino de gallina y arroz marinero, ambos tenían los mismos entrantes, y los dos sin gluten, siempre con la incertidumbre de habar acertado, ya que además solemos ser los que elegimos los establecimientos y eso conlleva una responsabilidad ante familiares y amigos.
En nada, estábamos sentado en la mesa, y atendidos por Sergio, con conocimiento del producto, profesionalidad y cercanía, algo que se agradece en cualquier establecimiento, y al que le pedimos que el pan lo depositara en una zona alejada de la persona celiaca, para evitar la contaminación en mesa.
Llegó el primer entrante: Ensalada variada.
Tras esta ensalada, llego la fritura de pescado y gambas elaborado con harina de garbanzos
Por si no conocéis este plato autóctono: Caldero tabarquino de gallina, os diremos que se elabora en un caldero con el pescado que llaman "gallina" y que nosotros conocemos como "cabracho" como un solo plato, pero se degusta en dos diferenciados.
Sergio, nos sirvió el primer plato con la gallina o cabracho, y una rica salsa alioli, a la que los otros comensales también degustaron y valoraron muy positivamente por su sabor y textura.
Llegó el arroz marinero, que habían pedido los otros dos comensales.
Y también el segundo plato del Caldero tabarquino de gallina o cabracho: arroz a banda
Al llegar a los postres, para los celiacos solo tenían melón o sandía, mientras que para el resto tenían una buena variedad de tartas. Tampoco tienen helados. Hemos de decir que la sandía estaba muy buena, pero como le dijimos a Sergio, tienen que mejorar en los postres y pan para celiacos.
Pero, volveremos, ya que analizando que nos encontramos en una isla muy turística; la calidad y precio; cantidad de cada menú; atención, servicio y limpieza; nos pareció muy aceptable..
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hemos decidido moderar los comentarios. Gracias por dejarnos el tuyo