Después de estar caminando por la antigua ciudad romana de Segóbriga, en Saelices (Cuenca), nos desplazamos a la cercana población de Uclés, en esta zona de La Mancha, donde el paisaje está compuesto por cerros y mesetas, que dan una imagen especial al entorno, y nos acerca al Monasterio sobre un impresionante cerro. Y es que esta emplazado en la estribaciones de la Sierra de Altomira.
Bajo este cerro, se encuentra la pequeña población, que actualmente cuenta con unos 219 habitantes, muchísimos menos de los 1368 que llegó a tener en 1842.
Bajo este cerro, se encuentra la pequeña población, que actualmente cuenta con unos 219 habitantes, muchísimos menos de los 1368 que llegó a tener en 1842.
Este asentamiento existe desde tiempos prerromanos, y ya fue importante en tiempo de los árabes, ya que formó parte de la Cora de Santaver, siendo una de las ciudades más importantes, e independiente del califato de Cordoba. Y aunque ahora son ruinas, llegó a tener castillo, mezquita con más de 23 metros de ancho y baños árabes.
Aunque su verdadera importancia fue durante la Reconquista con el asentamiento de estos monjes guerreros, que formaban la Orden de Santiago, y que tuvieron sede en Uclés.
En el año 1108 se produjo la batalla de Uclés o de los Siete Condes, en la que según cuentan: "murieron 3.000 cristianos, suponiendo la derrota del ejército cristiano por las tropas almorávides de Tamim ben Yúsuf. Y donde murío Sancho Alfónsez, único hijo varón de Alfonso VI de León. Pero en 1157 pasa de nuevo a manos cristianas y el 12 de diciembre de 1163, Alfonso VIII, tutorado por Fernando II de León, la dona a la Orden de San Juan (Orden de Malta). Pocos años después el 9 de enero de 1174, Alfonso VIII cedió esta población a la Orden de Santiago, y el convento se convirtió en un lugar para la formación de los hijos de los nobles"
La verdad es que no tuvimos mucho tiempo para visitar esta población, pero nos llamó la atención el monasterio, que dicen: "Está construido sobre una iglesia gótica es de planta cuadrada y en su interior un imponente claustro de dos alturas y diez vanos por paño impresiona en cada uno de sus detalles. La zona oriental es plateresca y la occidental herreriana, con una espectacular portada churrigueresca". Y solo por ver esa portada churrigueresca, merece la pena una escapada a esta población.
Y es que esa fachada esconde muchos detalles en su construcción, que llaman la atención a cualquier viajero que se acerque a este entorno.
No pudimos dar más de sí la visita a esta zona de la provincia de Cuenca, y no pudimos visitar el interior, en donde según hemos conocido existe: "una magnífica escalera, cúpula elipsoidal, sacristía plateresca, el artesonado del refectorio, bóvedas, ventanas, arcos…" Así que tendremos que volver para visitar el interior. Eso sí, visitamos parte de la población y la conocida Puerta del Agua, frente a la que se encuentra la Fuente de los Cinco Caños.
Aunque su verdadera importancia fue durante la Reconquista con el asentamiento de estos monjes guerreros, que formaban la Orden de Santiago, y que tuvieron sede en Uclés.
En el año 1108 se produjo la batalla de Uclés o de los Siete Condes, en la que según cuentan: "murieron 3.000 cristianos, suponiendo la derrota del ejército cristiano por las tropas almorávides de Tamim ben Yúsuf. Y donde murío Sancho Alfónsez, único hijo varón de Alfonso VI de León. Pero en 1157 pasa de nuevo a manos cristianas y el 12 de diciembre de 1163, Alfonso VIII, tutorado por Fernando II de León, la dona a la Orden de San Juan (Orden de Malta). Pocos años después el 9 de enero de 1174, Alfonso VIII cedió esta población a la Orden de Santiago, y el convento se convirtió en un lugar para la formación de los hijos de los nobles"
La verdad es que no tuvimos mucho tiempo para visitar esta población, pero nos llamó la atención el monasterio, que dicen: "Está construido sobre una iglesia gótica es de planta cuadrada y en su interior un imponente claustro de dos alturas y diez vanos por paño impresiona en cada uno de sus detalles. La zona oriental es plateresca y la occidental herreriana, con una espectacular portada churrigueresca". Y solo por ver esa portada churrigueresca, merece la pena una escapada a esta población.
Y es que esa fachada esconde muchos detalles en su construcción, que llaman la atención a cualquier viajero que se acerque a este entorno.
No pudimos dar más de sí la visita a esta zona de la provincia de Cuenca, y no pudimos visitar el interior, en donde según hemos conocido existe: "una magnífica escalera, cúpula elipsoidal, sacristía plateresca, el artesonado del refectorio, bóvedas, ventanas, arcos…" Así que tendremos que volver para visitar el interior. Eso sí, visitamos parte de la población y la conocida Puerta del Agua, frente a la que se encuentra la Fuente de los Cinco Caños.
Eso si, comimos en un restaurante junto a nuestra amiga Tatiana León, del que ya os hablaremos. Algo muy importante para los celiacos, el poder disfrutar de una comida sin gluten y mejor en buena compañía. De este establecimiento ya os hablaremos en otra entrada. Y nos despedimos de este entorno tan histórico, admirando el atardecer sobre las paredes que han visto tantas batallas, tantas desgracias, tanto de todo.
Esta entrada pasará a formar parte de nuestra Carta Turística: Viajes, escapadas, senderismo, actividades, experiencias, naturaleza, lugares, rincones, ciudades, pueblos… Publicadas en blog.
#Escribimoslovivido
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