La primera vez que oímos hablar de este restaurante, fue en un curso que realizamos en El Espíritu del Bosque, y tomamos nota por si algún día volvíamos por San Lorenzo del Escorial. Y ese día llegó, nos acercamos a conocer el insectario y reservamos para comer en la Taberna de Antioquía.
Al entrar, nos gustó la decoración, el ambiente, y la distribución de barra y zona de comedor. Una decoración distinta a muchos restaurantes de la zona y acogedor.