Aunque no lo parezca por las elevadas temperaturas, y la falta de nieve en la Sierra de Guadarramaa y en otros muchas montañas, ya estamos en invierno del 2016, pero hemos querido recordar el último paseo por esta isla de naturaleza en pleno centro de la ciudad de Madrid. Y es que aunque lo hacemos algunas veces, nos hemos dado cuenta, que hace 7 años que no escribíamos sobre este Real Jardín Botánico de Madrid, ya que el 20 de noviembre de 2008, publicamos: Caminar por el Real Jardín Botánico de Madrid. Así que hoy queremos compartir estos colores, estas fotografías, que hicimos hace unos días a sus plantas, hojas y flores.
La situación actual del Real Jardín Botánico no es casual, ya que el primer Jardín Botánico, fue inaugurado por le rey Fernando VI en el denominado Soto de Migas Calientes cerca del río Manzanares. Pero, su traslado a la localización actual se debe al que fuera primer ministro de Carlos III, Conde de Floridablanca, que consiguió convencer al rey para que cambiará su ubicación al conocido como “prado viejo de Atocha” en 1781.
Y es que el Conde de Floridablanca, quiso que este jardín estuviera dentro del proyecto Salón del Prado. Y es que esta zona ha sido y es zona de cultura, ya que además del Real Jardín Botánico, en esa época se encontraba el Real Gabinete de Historia Natural (actualmente Museo del Prado) y el Observatorio Astronómico (Parque del Retiro). Y que mejor zona que donde se encuentra, junto cerca de la estación de Atocha, el Ministerio de Fomento, la Cuesta de Moyano, conocida popularmente como la “Cuesta de Libreros”. Una zona de cultura en todos los sentidos.
Y es que este jardín, esta isla en la gran ciudad de Madrid, recibió entre los siglos XVIII y XIX: dibujos, frutos, maderas, semillas, plantas vivas, pliegos de herbario… que enriquecieron las coleciones científicas y la biblioteca. Y que procedían de las expediciones científicas amparadas por la Corona:
Expedición botánica a Nueva Granada (actual Colombia), dirigida por Celestino Mutis.
Expedición botánica a Nueva Granada (actual Colombia), dirigida por Celestino Mutis.
Expedición botánica al Virreinato del Perú, de los botánicos Hipólito Ruiz y José Antonio Pavón.
Expedición Botánica a Nueva España (actual Mejico), de los botánicos Martín Sessé y José Mariano Mociño.
Expedición alrededor del Mundo de Alejandro Malaspina, con los botánicos Antonio Pineda, Luis Née y Tadeo Haenke.
Comisión Científica del Pacífico, con el botánico Juan Isern,
Actualmente, su entrada, por una bonita y cuidada Pza. de Murillo, a través de la conocida como Puerta Norte o de Murillo. Una puerta de estilo neoclásico, obra del arquitecto Juan de Villanueva, inaugurada el 23 de septiembre de 1789. Mientras, que antes, la entrada principal, y que aún se conserva, era a través de la Puerta Real, obra de arquitecto Francisco Sabatini (1781). Dos grandes arquitectos para las puertas de un jardín.
Y tras atravesar la puerta, y pasear por el Botánico, es más que recomendable en cualquier estación del año, ya que siempre encontraremos: colorido, contrastes, detalles, belleza, paz… Pero, lamentablemente, el ruido de los coches y sirenas de ambulancias y policías, que circulan por el Paseo del Prado, nos recuerdan que estamos en el centro de una ciudad bulliciosa.
Pero aún con ese ruido de fondo, en algunos lugares del jardín, podemos escuchar el trino de los pájaros, mientras disfrutamos de su huerta, sus plantas y en este caso el colorido de las flores otoñales.
Y en otoño, si paseamos con tranquilidad y somos observadores, disfrutaremos del cromatismo de este Real Jardín Botánico, y de cada una de sus plantas, arbustos, árboles, esculturas, flores, invernaderos… Así como de las distintas exposiciones que realizan, y que son siempre muy interesantes.
Volveremos dentro de poco a caminar en esta isla de la naturaleza, a la que la contaminación de la ciudad si es que la contaminación de Madrid antes no acaba con su belleza.
#escribimoslovivido
La cantidad de veces que lo he visitado, en diferentes épocas del año, y nunca me canso. Es un remanso de paz inmerso en la metrópoli. Muy recomendable.
ResponderEliminarComo bien dices, de visitar el Jardín Botánico nunca nos cansamos, ya que cada momento es distinto y especial.
EliminarSaludos,