Durante los días 6, 7 y 8 de marzo, se celebro en la población alicantina de Villena el XXIV Mercado Medieval, transformado desde hace años en las Fiestas del Medievo. Tuvimos la oportunidad de poder caminar por este mercado, por esas calles de trazado complejo, estrechas, empinadas, con escaleras… por su plazas, y todo bajo la mirada de impresionante Castillo de la Atalaya, construido a finales del siglo XII.
Y estas calles que rodean el cerro de San Cristobal, por las que han caminado musulmanes y cristianos, se llenan por unos días de puestos, tenderetes, fiesta, colorido, y participación de un gran número de vecinos de Villena que se disfrazan con atuendos medievales, según sus gustos, y hasta decoran viviendas y locales del barrio.
Y aunque el castillo, también sirvió de cárcel en distintas épocas, hasta la Guerra de la Independencia. En estos días, todos los asistentes nos encontramos presos por la fiesta, por la decoración, por el ambiente, y a la vez independientes de movernos por todos los rincones para disfrutar de este importante evento de la población de Villena.
Accedimos a estas calles medievales, junto a la Iglesia de Santiago, en el momento en ese instante conocido como la “Hora Azul”, momento en el que la noche aún no ha caído y la luz es realmente especial.
Y caminando por la calle Mayor, fuimos caminando entre interesantísimo tenderetes del mercado, que ofrecían productos de lo más variado, y conociendo la zona de Juglaría, de la Mancebía, la Morería, el Zoco, los Animales de granja, la Cetrería…
Y así, caminando por esas calles estrechas, por esas plazas, llegamos hasta el Castillo de la Atalaya, desde donde se apreciaba toda esta fiesta medieval.
Nos llamó la atención, la gran cantidad de personas de todas las edades disfrazadas de época, que convierten este Mercado Medieval, en una verdadera Fiesta del Medievo.
Y también, las viviendas y locales ambientados en la época que encontramos en nuestro recorrido. Así como muchos y originales disfraces.
Lamentablemente, y como suele ocurrir en este tipo de fiestas – salvo excepciones – los celíacos tenemos difícil el poder disfrutar de la gastronomía, ya que no se encontraban establecimientos sin gluten entre los tenderetes. Y nos hubiera gustado haber contado con la presencia de “La Taberna del pollo espatarrao” que si participa en otros mercados medievales de la provincia de alicante con productos sin gluten, y que esperamos pueda estar presente en el XXV Mercado Medieval de Villena.
Así que siguiendo las indicaciones de nuestra amiga Mari Ángeles, habíamos reservado mesa en la Pza. de Santa María, donde nos encontramos con el carro de la peste muy bien ambientado, en pleno corazón del Mercado Medieval,
Tras nuestro primer paseo por este mercado, cenamos en la Pizzería Restaurante Damiano, que colabora con ACECOVA, y que se encuentra perfectamente situado dentro de la zona donde se celebra el mercado medieval, no solo por la situación, sino que sus trabajadores iban ataviados con ropajes medievales.
En este restaurante conocen perfectamente el protocolo para poder atender a un cliente celíaco, siempre que al reservar la mesa se lo indiquemos, y mejor aún si también elegimos lo que deseamos degustar, para que nos lo tengan preparado.
El restaurante tiene varios salones, un patio, y una zona de cueva que resulta muy agradable.
En este restaurante conocen perfectamente el protocolo para poder atender a un cliente celíaco, siempre que al reservar la mesa se lo indiquemos, y mejor aún si también elegimos lo que deseamos degustar, para que nos lo tengan preparado.
El restaurante tiene varios salones, un patio, y una zona de cueva que resulta muy agradable.
No queríamos cenar copiosamente, así que tomamos una ensalada de entrada, y luego cada uno de nosotros degusto una pizza distinta.
Tienen también varios postres aptos para celíacos, que están muy ricos, como esta mousse de mandarina.
Tras esta satisfactoria cena, volvimos a caminar por esas estrechas calles, ascendiendo nuevamente hasta Castillo de la Atalaya, para ver la Procesión de las Antorchas, así como los fuegos artificiales que se lanzaban desde la torre de la Iglesia de Santa María.
Esperamos poder disfrutar el próximo año que cumplirán 25 años, de estas Fiestas Medievales de Villena, y encontrar puestos como el de “La Taberna del Pollo Espatarrao” con productos sin gluten.
Este restaurante pasará a formar parte de nuestra Carta de Restuaurantes, Bares, Cafeterías, Pastelerías, Panaderías, Tiendas, Hoteles... Aptos para celíacos.
#escribimoslovivido.
Una fiesta medieval muy bonita ya que no se queda en unas simples tiendas, hasta los vecinos participan. Deberían poner más tenderetes con alimentos aptos para celiacos ya que cada vez es un colectivo mayor.
ResponderEliminarQué comedor tan bonito, el de la cueva del restaurante!!
Besos.
¡Cómo me hubiera gustado ir! estas fiestas son muy animadas y el que participe tanta gente con sus disfraces las hacen todavía más bonitas. La pizzeria tiene que ser preciosa, sobre todo la cueva, y la comida se ve buenísima. El que tengan un protocolo para atender a personas con intolerancias y un menú especial, es perfecto, aunque debería ser obligatorio para todos los restaurantes. Seguid viajando y enseñándonos esos rincones tan bonitos. Un besazo.
ResponderEliminarPreciosas las fotos e imagino que el ambiente de Villena en plenas fiestas medievales debió de ser genial. Pero, como ya os dije por Facebook, a mí la pizzería Damiano me desencantó muchísimo. Fui recomendado y me cobraron 18€ por un menú en el que no pude probar los entrantes y me dieron una pizza medio cruda, y por supuesto nada de postres sin gluten. Me alegra saber que no es siempre así y que vosotros disfrutarais de la cena.
ResponderEliminarUn abrazo,
Nacho