SENDERISMO ENTRE ACEBOS, TEJOS Y ...

Hace unas semanas, y como para nosotros vuelve a ser costumbre, desde hace años y sobre todo después del diagnóstico de la celiaquía, y más aún desde que el organismo recuperaró más o menos su estado de salud, volvimos a salir a caminar sin gluten por la Sierra Norte de Madrid, en compañía de un numeroso grupo de amigos, con los que solemos realizar senderismo las veces que nos es posible y que no son tantas como a todos nos gustaría, pero es estupendo.

Además, el hacer senderismo, caminar, pasear, o simplemente pasar unas jornadaas en la montaña, siempre es saludable, ya que además de desintoxicarnos de la contaminación de la gran urbe, se aumenta el númereo de glóbulos rojos en nuestro sistema circulatorio, con una mejoría apreciable, sobre todo en épocas de decaimiento.

El recorrido fue especialmente bonito, ya que el día amenazaba tormenta, y según nos íbamos aproximando a la montaña, el tiempo parecía que empeoraba, pero ya en el puerto, a una altura de 1.524 m, la cosa cambio, el sol, y un pequeño viento nos acompaño en toda la jornada, así pudimos caminar entre unas praderas verdes y amarillas por la presencia de multitud de preciosos ranúnculos, margaritas, violetas, y todo bajo la cúpula de grandes arboles, como abetos de douglas, robles melojos, mezclados con abedules de hojas brillantes de verde intenso, preciosos acebos y solemnes Tejos.

Además, fue un placer el contemplar el agua cristalina discurriendo entre el bosque y sobre todo cuando llegamos a la base de la Chorrera de Mojonavalle, donde detuvimos nuestro caminar, y algunos se sentaron para contemplar esta preciosa cascada, mientras otros ascendíamos a la zona superior. Pero después todos nos reunimos, para saborear algún fruto seco, fruta deshidratada, chocolate y otros majares, de los que los celíacos podemos degustar, ya que con estos amigos llevamos años caminando y conocen perfectamente la problemática de alimentarse sin gluten.

Todos comentamos, que este es un lugar, máxime pensando que esta maravilla de la naturaleza se encuentra a menos de 60 Km. de esa gran mole que es Madrid y donde disfrutamos de bellas panorámicas de la montaña, y de sus pueblos en la lejanía.

Pero lo más importante, de practicar senderismo y montaña, y sobre todas las demás cosas... la amistad y la compañía de los amigos, con los que es un placer viajar, cambiar opiniones, y compartir una buen descanso para comer después del pequeño esfuerzo.

Y tras la comida, un paseo sereno, entre un pequeño arroyo, que forma espectaculares charcas con flores, y donde si nuestro caminar es sereno, sin ruidos, podemos oír el cantar de las ranas, que con su croar, dan un ambiente relajante a la pradera donde pastan unos buenos ejemplares de ganado vacuno.

Algunos nos sentamos cerca de la charca, a observar las ranas, algún que otro animal, y también a intentar poder sacar una fotografía de este animal tan sonoro y escurridizo.

Por último, tomamos nuestros coches y detuvimos nuestro viaje en el bello pueblo de Miraflores de la Sierra, donde además de tomar un buen café, fuimos a ver el homenaje que este pueblo ha realizado a uno de esos olmos, que en estos pueblos serranos de la Comunidad de Madrid, además de dar sombra, eran el lugar de reunión o mentidero de su convecinos, y que fueron destruidos por la grafilosis, pero que algunos de nosotros, y dada nuestra edad, hemos llegado a conocer en pleno apogeo y belleza.

Lastima, que este caminar sea solo por un día, solo de vez en cuando y ahora solo nos queda el esperar nuestro próximo caminar sin gluten por la naturaleza, para poder realizar senderismo junto a nuestros amigos y sentimos bastante no poder salir este fin de semana a la excursión prevista. Mientras tanto podremos darnos un paseo por el Jardin del Buen Retiro, para poder contemplar infinidad de arboles y entre ello uno con casi 400 años, como es el ahuehuete algún que otro ginkgo. Aunque lo que está previsto, es volver a encontranos con nuestro Mediterráneo.

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